lunes, 19 de diciembre de 2011

Arturo Pérez Reverte: Biberón o martillo

Hace medio siglo justo, cuando el arriba firmante llevaba pantalón corto y creía en los Reyes Magos, en la bondad de los policías y en la virginidad de su madre, la autora de mis días, que era -y sigue siendo, porque ahí continúa, ochenta y ocho primaveras en la sonrisa y jugando la prórroga sin ganas de cambiar de barrio- una señora con fe en la Humanidad en general y en los buenos sentimientos de sus vástagos en particular, hizo con mi hermano y conmigo un experimento sociológico: nos castigó -habíamos hecho alguna salvajada, con los estragos habituales- a pasar una tarde de sábado encerrados sin otra diversión que algunos tebeos de Dumbo y Pumby, Los apuros de Guillermo, de Richmal Crompton, y las muñecas de mi hermana Marili. Lo de las muñecas fue, naturalmente, un refinado toque de humillación deliberada. Un puntito de crueldad materna, para que me entiendan

Carmen Posadas: Escuela de papanatas

El otro día leí la noticia de que un museo, de esos superferolíticos que se precian de estar en la vanguardia de las artes, expuso lo que ahora llaman una `instalación´ del prestigioso artista alemán Martin Kippenberger (1953-1997). Sí, ya saben ustedes, ese tipo de pieza de arte que consiste en reunir varios objetos heterogéneos, firmar al pie y pedir un pastón por ella. Como la susodicha instalación era tan valiosa, se le hizo un seguro de ochocientos mil euros y se expuso al públicoconnaisseur, que desfiló, extasiado, ante la obra que consistía en una especie de escalera, un trapo colgado de un peldaño y, abajo, un cubo de goma con una mancha de cal. Como digo, por allí desfiló todo un público fascinado ante tal derroche de talento, hasta que una limpiadora desaprensiva (y desde luego muy poco connaisseur) confundió la artística mancha de cal con una monda y lironda y procedió a rasparla con un cepillo, arruinando tan extraordinaria (y carísima) pieza artística. Si no fuera por la que está cayendo, con la crisis a punto de acabar con este viejo continente nuestro, la noticia sería como para troncharse de risa, no me digan que no. Como lamentablemente la situación es la que es, el asunto parece solo un cruel sarcasmo. Pero bueno, no vamos a ponernos tristes, que hoy es domingo y hay que sonreír.

Juan Manuel de Prada: Los días contados

Se repite mucho, como una suerte de maldición rutinaria, que los periódicos tienen los días contados; y tal vez sea cierto, a juzgar por lo asumido que lo tienen quienes deberían preocuparse por su supervivencia y más bien se dedican a darles la puntilla. Y es que, en verdad, si contemplamos con cierta perspectiva los cambios desquiciados que la prensa ha experimentado en los últimos años, concluiremos que directores y editores de prensa sufren una suerte de arrebato suicida; pues de suicidas hemos de calificar a quienes reniegan de su naturaleza y tratan de sustituirla por otra que no es la propia. Muchos han sido los intentos de desvirtuar la naturaleza de los periódicos en los últimos tiempos, impulsados por una pretensión de `asimilarlos´ a otras formas de comunicación más novedosas. Se empezó por `aliviarlos´ de letra y por sustituir las piezas más extensas (frondosos reportajes, entrevistas consistentes, minuciosas crónicas) por un conglomerado o batiburrillo de gacetillas breves, pues se consideró que el lector hodierno, habituado a las urgencias del lenguaje televisivo, buscaba en el periódico un `picoteo´ veleidoso, al estilo del que le proporciona el zapping o la navegación sumaria por Internet. A nadie se le ocurrió pensar que ese `picoteo´ ya se lo proporcionaban la televisión o Internet, y además de forma mucho más eficaz e inmediata; y que tal vez quien perseveraba comprando periódicos, pese a disponer de tropecientos canales televisivos y conexión a Internet, buscaba en ellos precisamente lo que solo los periódicos le brindaban. Pero se prefirió convertir a los periódicos en un sucedáneo patético de aquellos otros medios; y ya se sabe que la gente, cuando le das a elegir entre el original y el sucedáneo patético, se queda con el primero, salvo que esté chiflada o padezca tendencias masoquistas. 

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cañon de Añisclo: sábado 3 diciembre

Nos adrentamos por la pista asfaltada que lleva hasta el aparcamiento que esta enfrente de  la Ermita de San Urbez, un bonito paseo hasta un viejo molino para llegar hasta la citada Ermita para volver al aparcamiento, un circuito circular.



Vistas del rio Bellos desde la pista.










 Lugar donde se encontraba el molino aún se puede apreciar las piedras


 Una bonita cascada


domingo, 4 de diciembre de 2011

Calcenada otoño 2011

Unas fotos de la última calcenada:











Carmen Posadas: Una de vampiros


Vivimos desde hace años una verdadera plaga de vampiros. Películas, vídeos, libros, anuncios. Por todas partes abundan los `chupasangre´. Jóvenes que en su vida habían leído un libro devoranCrepúsculo, quien más quien menos dice que Drácula es su personaje favorito y en Hollywood desde Tom Cruise hasta Brad Pitt se han puesto capa y colmillos para aterrarnos a todos. A mí siempre me ha llamado mucho la atención la vampiromanía: primero, porque el conde Drácula nunca me ha interesado lo más mínimo y, segundo, porque hace poco leí un estudio psicoanalítico que analizaba las claves secretas de este mito. Según dicho estudio, los mitos lo son porque corresponden a deseos inconscientes o inconfesables de las personas. Hasta ahí todo muy claro. El problema viene luego, cuando afirma que la vampirización (recuérdese que suele ser siempre un personaje masculino el elemento activo y la mujer, el pasivo) es una fantasía erótica que gusta tanto a hombres como a mujeres porque remite al acto sexual, ya sea consentido o no tanto. En otras palabras, es una fantasía de posesión cuando no de violación. Toma ya. Personalmente tengo una teoría de por qué gustan tanto los vampiros, y es porque el mundo esta `lleeeeeno´ de ellos. Sí, como lo oyen, esa es mi conclusión. Algunos saben que lo son; otros, no, pero están por todos lados.

Arturo Pérez-Reverte: Niños, boxeadores y tableros

Ambiente ajedrecístico espléndido en la Alhóndiga de Bilbao, donde disfruto como un gorrino suelto en campo de mazorcas. Nivel intenso y emoción asegurada. Se juega la Final de Maestros -la primera parte fue en Sao Paulo- en una ciudad que en los últimos años se ha vuelto en extremo acogedora, cuidada y serena. Llevo aquí tres días como espectador privilegiado del juego de los más grandes: Anand, Carlsen, Aronian, Nakamura, Vallejo y mi querido Ivanchuk -el que jugaba contra un huevo pasado por agua-, se baten silenciosamente tras el cristal de una vitrina insonorizada; pecera en torno a la que se agolpa el público, que de ese modo puede presenciar, como si estuviese en pie junto a la mesa de los jugadores, el desarrollo de las partidas. Y algo más allá, en largas filas de tableros, aficionados adultos y niños juegan las suyas, dando entre unos y otros a la antigua lonja de grano bilbaína un fascinante aspecto de templo del ajedrez; de ese noble y viejo arte menospreciado por gobiernos y ministros de presunta Educación y de presunta Cultura, que incluso gente bien dispuesta, limitando mucho el ámbito del asunto, considera sólo un deporte, o un juego. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Carmen Posadas: La prueba del nueve

Hay frases que no se comprenden en su momento, pero que, tiempo después, incluso años más tarde, cobran todo su sentido. Para mí, una de ellas es esta: `Cuando uno tiene que tomar una decisión trascendental para su futuro, es conveniente hacerse esta pregunta: `¿Puedo sostener toda mi vida esta decisión que ahora tomo? ¿Sí o no?´´. Aunque parezca excesivo decirlo, en muchos casos esta frase es la prueba del nueve de la felicidad o al menos de la serenidad, que es un estado de ánimo menos evanescente y caprichoso que el de la tan cacareada felicidad. La frase me la reveló un festejante griego que tuve allá por el Paleolítico inferior y no le di importancia en su momento porque Dimitri, pongamos que se llamara así, no era precisamente el faro de Alejandría ni había descubierto la pólvora. De hecho, era simple y un pelín cursi si me apuran. Pero, como dice mi madre, lo fascinante de esta vida es que hasta un reloj parado da la hora exacta dos veces al día, de modo que hay que estar atento, porque nunca se sabe cuándo ni de quién uno va a recibir un interesante retazo de sabiduría. En efecto, con el tiempo he olvidado incluso la cara de Dimitri, pero, en cambio, recuerdo con frecuencia su curiosa sentencia. Voy a ponerles un ejemplo práctico. Imaginemos que uno debe tomar una decisión de esas que pueden variar el curso de su vida, un cambio de estado civil, por ejemplo, decidir si jubilarse o no, montar un negocio, confiar en alguien o en algo. Por lo general, este tipo de decisiones se toman siguiendo los impulsos del corazón o los de la cabeza.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Maratón de Zaragoza: 6 de noviembre

Aprovechando que se celebraba una maratón en Zaragoza, la comodidad que supone no tener que desplazarse a otra ciudad,  que tenía que sacarme la espinita de no haber participado en una prueba de esta distancia y animado por los componentes del grupo 7:45 he participado en mi primera maratón.
La preparación ha sido sin seguir un plan concreto, simplemente salir los días y el tiempo que en cada momento he podido, a un ritmo lento, un mes antes de la carrera tuve un contratiempo y ha sido un dolor en la rodilla que ha supuesto guardar descanso, durante tres semanas. Las expectativas de acabar no eran buenas.  El tiempo tampoco ha ayudado, cierzo fuerte con ráfagas que te levantaban del suelo. La táctica ha sido buena, hemos salido un grupete juntos desde el principio ayudándonos, dándonos conversación, pasándonos el agua, la comida, coreando el nombre de alguno cuando pasábamos junto a su familiares, pensando en los nuestros que no han podido acudir a vernos pero desde la distancia nos estaban ayudando, luego los compañeros que se han metido en la carrera a correr junto a nosotros, los que estaban en las aceras con pompones, pancartas, etc. gritando nuestro nombre, en fin entre tod@s hemos conseguido la meta.

A continuación vídeo realizado por el amigo Carlos, merece la pena verlo por la música y la poesía del final


martes, 1 de noviembre de 2011

Paulo Coelho: El guerrero de la luz y su mundo

Creer en señales. El guerrero de la luz sabe de la importancia de su intuición. En medio de la batalla no tiene tiempo para pensar en los golpes del enemigo, así que se guía por su instinto y obedece a su ángel. En tiempos de paz descifra las señales que Dios le envía. La gente dice: `Está loco´. O: `Vive en un mundo de fantasía´. O aún más: `¿Cómo puede confiar en cosas que no tienen lógica?´. Pero el guerrero sabe que la intuición es el abecedario de Dios, y sigue escuchando el viento y hablando con las estrellas. 

Creer en el amor. Para el guerrero, no existe amor imposible. No se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo. Sabe que detrás de la máscara de hielo que se pone la gente existe un corazón de fuego. Por eso, el guerrero arriesga más que los demás. Busca sin cesar el amor de alguien, aunque ello signifique tener que oír muchas veces la palabra `no´, volver a casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma. Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, no es nada. 

Juan Manuel de Prada: Temblor

Qué habrá visto en un tipo tan atrabiliario, gruñón y desportillado como yo? Es lo que cada mañana me pregunto ante el espejo; y, a medida que pasan los días, mi asombro no hace sino crecer. La conocí hace algo más de tres años, cuando mi vida merodeaba los vertederos del hastío y el agostamiento espiritual: yo era un hombre íntimamente aplastado por el estigma de la derrota, tentado por el cinismo, la misantropía y la abulia. Solo el amor consolador de mi familia y la fe en un Dios que guardaba silencio me mantenían en pie: pero mantenerse en pie y echar a andar, aunque sea con muletas y renqueando, son cosas muy distintas; y yo había renunciado a andar, paralizado por la desconfianza, temeroso de despeñarme por un barranco. 

Entonces ella me llamó un día, en pleno agostorro madrileño: trabajaba en un canal televisivo del que apenas había oído hablar; y pretendía que participase por la jeta en un programa de tertulia política. A mí el programa me importaba un ardite; pero ella me pareció divertida, chispeante, llena de ese ímpetu juvenil que no es arrogante ni estragador, sino cálido y vivificante; y escondía, entre su locuacidad tumultuosa y atolondrada, remansos de una sensibilidad en carne viva, magullada y a la vez risueña, en los que de buen grado me hubiese acurrucado. 

Arturo Pérez-Reverte: Madres, burkas y marujas

En 1991, mientras esperaba en Dahrán la ofensiva norteamericana para liberar Kuwait, presencié un suceso curioso. Frente al mercado Al Shula había un vehículo militar con una soldado norteamericana al volante. En Arabia Saudí está prohibido que las mujeres conduzcan automóviles; así que una pareja de mutawas -especie de policía religiosa local- se detuvo a increpar a la conductora. Incluso uno de ellos le golpeó con una vara el brazo que, con la manga de camuflaje remangada, apoyaba en la ventanilla. Tras lo cual, la conductora -una sargento de marines de aspecto nórdico- bajó con mucha calma del coche y le rompió dos costillas al de la vara. Ésa fue la causa de que durante el resto de la guerra, a fin de evitar esa clase de incidentes, la Mutawa fuese retirada de las calles de Dahrán. 

Pensé en eso el otro día, al enterarme de un nuevo asunto de chica con problemas por negarse a ir a clase sin el pañuelo islámico llamado hiyab. Y recuerdo la irritación inicial, instintiva, que sentí hacia ella. Mi íntimo malhumor cuando me cruzo en la calle con una mujer cubierta con velo, o cuando oigo a una joven musulmana afirmar que se cubre la cabeza en ejercicio de su libertad personal. Cómo no se dan cuenta, me digo. Cómo no les escuece igual que ácido en la cara la sumisión, tan simbólica como real, a que se someten. Recuerdo, por ejemplo, que hace cuarenta años mi madre aún necesitaba la firma de su marido para sacar dinero del banco. Y me llevan los diablos. Tanto camino, me digo. Tanta lucha y esfuerzo de las mujeres para conseguir dignidad, y ahora una niñata y cuatro fátimas de baratillo -como las llamaría el capitán Haddock- pretenden hacernos volver atrás, imponiendo de nuevo, en la Europa del siglo XXI, la sumisión irracional al hombre y a las reglas hechas por el hombre. Reclamando tolerancia o respeto para esa infamia. 

lunes, 31 de octubre de 2011

1/2 maratón de Andorra: 23 de Octubre 2011


En la media de Andorra participación del Grupo 7:45 que fueron recompensados con un jamón, que fue saboreado el pasado sábado.

Pinchar para ver más fotos

lunes, 24 de octubre de 2011

Aprender idiomas con su pronunciación 100% gratis


Cuentas con "Modo" de escucha, de repetición o de reconocimiento de habla. Dispones de varios cuestionarios desde pronunciación hasta ortografia. 


Cada una de las lecciones se basan en ir aprendiendo palabras de diferentes temáticas como agricultura, animales, arte, botánica, edificios, etc.

Nivel 2: Verbos esenciales
Nivel 3: Frases simples
Nivel 4: Frases para turistas y viajeros
Nivel 5: Conversación 1

Para conocer mejor la pronunciación dispones de vídeos donde escuchar todas las palabras de los diferentes temas ofrecidos.

Enlace

Halloween en Oseja


sábado, 22 de octubre de 2011

Carmen Posadas: ¡Bu!

El otro día fui con mis hijas, yernos y nietos a un parque temáticode esos en los que hay desde tiovivos a coches de choque, pasando por simuladores de `La guerra de las galaxias´, hasta, cómo no, varias montañas rusas a cual más espeluznante. Recuerdo que, desde que entramos en el recinto, yo iba preguntándome si esos aparatos que le hacen a uno ponerse cabeza abajo y apretar los dientes para que no se le salga el corazón por la boca seguirían produciéndome tanto pavor como en mi infancia y adolescencia. La respuesta la tengo enmarcada en mi casa: se trata de una foto en la que aparecemos mi nieto Jaime y yo en una montaña rusa (imagínense cómo será de aterradora si dejan subir a niños de cuatro años). En la instantánea puede verse a Jaime, tronchado de risa pasándoselo en grande, y, a su lado, una venerable anciana (moi même) demacrada, ojos desorbitados de horror y aferrada a él -no para protegerlo, que ni falta le hacía-, sino como si fuera el último flotador del Titanic.

Esa soy yo, una cagueta. Lo he sido toda la vida, y para mí es un absoluto misterio el atractivo que ejerce este tipo de miedo en el ser humano, el del chute de adrenalina y ay, ay, que me caigo. Como en general la fascinación por el miedo es un tema que me intriga, he leído bastante sobre él. Hace poco encontré un artículo que enumeraba las hipótesis más aceptadas últimamente. Decía que, con toda una sobredosis de aterradoras películas gore y series sobre vampiros, hombres lobos, asesinos en serie y zombis haciendo fortunas en taquilla, gusto por los baños de sangre simulados le hace a uno preguntarse: ¿por qué fascina tanto que nos aterren o que nos produzcan asco? Hay respuestas para todos los gustos. 

Arturo Pérez-Reverte: Urgencia floral.

Tengo una urgencia floral. Necesito enviar un ramo de flores vía Interfloripondio, o Florexprés, o como se llame ese útil invento con el que eliges ramo, le pagas a la florista de tu barrio, y las flores las entregan desde una sucursal local en donde haga falta. Me corre prisa, así que trinco el coche y voy al pueblo más cercano, inquieto porque suele estar de tráfico hasta arriba. La suerte me guiña un ojo y encuentro espacio libre delante de la floristería. Sólo está permitido estacionarse para carga y descarga; pero como español de toda la vida, hecho a los usos y costumbres de mi patria, decido que en realidad voy a descargarme y cargarme yo mismo. También considero que estaré el tiempo preciso para elegir flores, dar la dirección de entrega, arriar la tela y largarme.

Lo hice otras veces, y son tres minutos justos. Además, compruebo por el retrovisor que hay detrás un automóvil cuyo conductor intenta meterse en el mismo sitio, y da muestras de impaciencia con un destello de faros y un toquecito de claxon. Eso me decide, naturalmente. Aparco. Entro. Buenos días, etcétera. La elección es rápida. Una maceta como aquélla. Con esto y lo otro. Echo mano a la cartera mientras espero que la dependienta levante el teléfono, como de costumbre, y llame a la ciudad de destino, que es Sevilla, para averiguar si tienen allí las macetas con plantas y flores que he elegido. Para mi sorpresa, lo que hace es teclear en el ordenata de a bordo. Pregunto qué pasa, y me dice que han modernizado el sistema. Que ahora todo se hace informatizado, vía internet. Temiéndome lo peor, miro hacia la puerta, donde sigue mi coche sin que por ahora ronde ningún policía municipal. Y trago saliva. Que sea lo que Dios quiera.

La dependienta teclea con denuedo. Tacatacatac. Es joven y masca chicle. Nunca la había visto antes, aunque hace veinte años que compro flores en la misma tienda. Hace preguntas insólitas: domicilio, teléfono, Deneí, número de Nif. Cosas así. Respondo con paciencia franciscana, volviéndome de vez en cuando a echarle una mirada al coche, hasta que me pide también una dirección de correo electrónico. Alto ahí, digo. Ya vale. He venido aquí a comprar una maceta, no a darme de alta en Telefónica. Son las nuevas normas, responde la dependienta.

Si no lleno todos los apartados de la plantilla no puede realizarse la operación. Empiezan a flaquearme las piernas. «¿Operación? -pregunto-. ¿Qué operación? Yo sólo quiero enviar una maceta a Sevilla. Hoy, a ser posible». Entonces la dependienta me mira con lástima profesional, calculando si merezco explicaciones. Parece concluir que no las merezco, pues acto seguido le da a otra tecla y aparece en la pantalla del ordenador una sucesión vertiginosa de ramos de flores y macetas. «¿Qué hace usted, criatura», pregunto, al filo del pánico. «Busco la referencia del modelo que nos solicita», responde seca. Le señalo el modelo con el dedo, porque está justo en el centro del escaparate, pero ignora mi dedo y sigue buscando en la pantalla. Al fin parece dar con ello, pues enarca una ceja, pulsa otra tecla y se queda mirando el ordenata mientras yo miro de nuevo hacia el coche, con gotas gordas de sudor corriéndome por el pescuezo. «AS3B2», dice al fin la pava, pensativa. «Agua», comento yo por hacerme el simpático, a ver si acelero la cosa. Pero sin éxito. Lo más que obtengo son tres mascadas de chicle y una mirada glacial. Transcurre un minuto de inactividad absoluta, esperando no sé exactamente qué. «Mientras no se caiga el sistema», comenta la dependienta, para animarme. Ella tamborilea con las uñas sobre la mesa y yo me como la de un pulgar; vuelto de vez en cuando hacia la puerta, pues creo haber visto pasar un coche azul con pirulos de la Policía Municipal. 

Paulo Coelho: Diálogos con Buda

Cuenta la leyenda que, poco tiempo después de su iluminación, Buda salió a pasear por los campos. En el camino, se encontró con un campesino. Este se quedó impresionado con la luz que emanaba del maestro. -Amigo, ¿quién eres? -preguntó-. Pues tengo la sensación de que me encuentro delante de un ángel o de un dios. -No soy nada de eso - respondió Buda. -Entonces, ¿qué te hace tan diferente de los demás que hasta un simple campesino como yo es capaz de percibir esa luz? -Solo soy alguien que ha despertado a la vida mientras los otros duermen. Nada más que eso. Pero cuando digo esto a la gente, nadie me cree. -¿Qué es «despertar a la vida»? -Significa prestar atención a cada instante, y eso basta. No hay nada que dé más placer al hombre.

viernes, 21 de octubre de 2011

Juzgado de lo Penal: venta de copias piratas favorece la venta de copias originales


Aunque es una sentencia de un Juzgado de lo Penal, contiene unos pronunciamientos muy interesantes y que introducen una línea de pensamiento novedosa, judicialmente hablando, respecto de las indemnizaciones por Propiedad Intelectual en relación a los daños causados.

El asunto nace de la detención de un mantero, al que se le incautan unas copias no originales, y AFYVE se persona, obteniéndose en su momento una sentencia penal condenatoria. Dentro de la acción penal, se dejó para la ejecución de sentencia la determinación de la indemnización que esta persona debía abonar a los titulares de derechos.

Pero la sentencia del Juzgado de lo Penal nº1 de Logroño, establece que el mantero no debe indemnizar a nadie porque:
"no hay perjuicio cuya indemnización se deba determinar en ejecución de sentencia"
Las indemnizaciones en materia de Propiedad Intelectual se determinan por dos criterios, según el artículo 140 LPI, o bien en atención al daño causado más los beneficios obtenidos (140.2.a LPI) o bien por lo que hubiese tenido que abonar el infractor por las autorizaciones (art. 140.2.b).

Así el Juzgado de lo Penal determina que no procede aplicar el criterio del 140.2.b)
"porque elpenado nunca habría pedido autorización para utilizar el derecho de propiedadintelectual en cuestión, y, en todo caso, de haberlo pedido en hipótesis, yaestaba concedida la autorización a una concreta producción y distribución porlo que no la hubiera obtenido."
Y tampoco por el daño causado más el beneficio porque:

[...] los clientes de música y películas en copiaspiratas, cuando efectúan la compra de copias piratas, exteriorizan su decisiónde no ser clientes de música y películas en soporte original, de forma quenunca se está ante una ganancia dejada de percibir. Dicho de otro modo, esosclientes o compran al precio vil de la copia pirata o no compran al precio delsoporte original de entre 15 y 20 euros.
Es decir, que el cliente que compra una copia pirata es consciente de que no va a comprar una original, por lo que no hay pérdida.
 
Pero además añade que:
"En todo caso, y dándole la vuelta alargumento legal, sería posible pensar que algún cliente, tras oír o visionar lacopia pirata, pueda decidirse a adquirir el soporte original, por ser de sugusto la obra, por lo que la venta de copias piratas, lejos de perjudicar,favorece el mercado de venta de reproducciones originales"
Algo que se ha venido diciendo en muchas ocasiones, pero que personalmente no había visto en las sentencias,que la piratería favorece el mercado de venta de reproducciones originales.

Interpretaciones estas de los criterios de indemnización de la LPI que resultan ciertamente novedosos.

sábado, 15 de octubre de 2011

7 comidas que existen gracias a los microbios




Los microbios no siempre son nuestros enemigos. Los hay benignos, y algunos de ellos incluso destacan por su capacidad para ayudarnos en la producción de diversos alimentos y bebidas, por ejemplo, agriar la leche y producir yogur, u obtener la cubierta blanca característica del queso Brie o el color azul del queso Roquefort.
Ahí van 7 de esos alimentos que no existirían sin ellos:
1. Queso: Las bacterias producen ácido láctico, que sirve inicialmente para espesar la leche. Las bacterias también determinan el sabor de los quesos más adelante, en el proceso de maduración. Estos microorganismos influyen en el proceso de acidificación (disminución de pH), imprescindible para otorgarle al queso sus características propias (textura, sabor y aroma) e impedir el desarrollo de bacterias dañinas.Algunas de estas bacterias tienen la propiedad de producir gas carbónico, que queda atrapado en algunos quesos dando características particulares a estos como el emmental y queso gruyere, es decir, sus agujeros.
2. Cerveza: La levadura (Saccharomyces cerevisiae), una vez añadida al mosto, un líquido hecho de cebada, lúpulo, el azúcar y el agua, convierte el azúcar del mosto en alcohol y dióxido de carbono (las burbujas en la cerveza).
3. Pan: También se hace uso de la levadura, a pesar de que los subproductos de la fermentación de la levadura de la masa son agua y dióxido de carbono.
4. Vino: Al igual que la cerveza, el vino se hace con levadura, pero en lugar de lúpulo y la cebada, el material inicial son las uvas.

viernes, 14 de octubre de 2011

Circular Peña Tendeñera-Bujaruelo: 13 de Octubre

La Sierra de Tendeñera al fondo a la derecha monte Mondeniero


La sierra de Tendeñera es un macizo calcáreo que se extiende de Oeste a Este, desde el río Gallego, a la altura de la ermita de Sta Elena próxima a Biescas, hasta las inmediaciones de Bujaruelo marcando el límite entre la alta y la media montaña en la zona del Valle de Tena. En esta sierra encontramos entre otras cimas la Peña Sabocos (2757 m), la Peña Forato (2715 m), el Pico de Otal (2709 m) y por supuesto el pico que da nombre a toda la sierra y que es la más elevada de todas ellas, el pico Tendeñera (2853 m).
Nosotros partimos desde Linas de Broto para subir por la cara Sur y bajar por la cara Norte para bajar a Bujaruelo pasando por el valle de Otal.



El valle por el que subimos al fondo esta Linás de Broto, sin itinerario definido.



Al llegar a la parte alta se puede observar un gran contraste de color, el gris y el marrón




Paso a la cara norte de la Sierra


Al frente el pico Vignemale


Al fondo se observa el Monte Perdido


Desde el paso una foto de la Sierra


Preparados para bajar hacia el valle de Otal, a la derecha el Pico Tendeñera



Pico Tendeñera


El valle de Otal, ahora hay que bajar.



Ya estamos en el valle de Otal, al fondo el descenso realizado


El puente de San Nicolás en Bujaruelo

miércoles, 12 de octubre de 2011

Japón estudia regalar 10.000 vuelos a extranjeros para visitar el país



El Ministerio de Turismo de Japón está estudiando la posibilidad de regalar 10.000 vuelos a extranjeros para que visiten el país del sol naciente el próximo año.
La noticia ha corrido como la pólvora, aunque según informa la propia web de la Organización Nacional de Turismo de Japón (JNTO), esta decisión “está sujeta a la aprobación del presupuesto público, y los detalles no se han decidido todavía”.
La estrategia del Ministerio de Turismo de Japón es que los viajeros usen los blogs y las redes sociales para difundir su experiencia en Japón y de este modo atraer a más visitantes al país.

¿Sirve para algo reciclar papel?


La idea que generalmente tiene la gente sobre el reciclaje del papel es la siguiente: voy a comprar papel reciclado para que no se talen tantos bosques, y así contribuiré positivamente con el medio ambiente. Pero ¿esto es cierto? ¿Realmente el reciclaje de papel tiene un impacto menor en el medio ambiente? La respuesta no es tan fácil como parece.
Por ejemplo, si lo que queremos es salvar árboles, el efecto parece ser el opuesto, a juicio de Joseph Heath, profesor de la Universidad de Toronto, y otros analistas. Su razonamiento es el siguiente: hay tantas vacas en el mundo porque la gente come vacas; si la gente dejara de comer menos carne, habría menos vacas, no más. Lo mismo puede aplicarse a los árboles.
Cuando se fabrica papel no se talan “árboles centenarios” sino cultivos industriales, como sucede con el trigo y el maíz. Así que la manera de incrementar el número de árboles plantados es que consumamos más papel, no menos.
La mayor parte del papel que se fabrica actualmente procede de bosques sostenibles. Esto quiere decir, que por cada arbol que se corta, se plantan el doble o más. Países como Suecia, que tiene una de las mayores explotaciones madereras a nivel mundial, consiguen así aumentar su masa forestal a la par que su producción. Y dado que las normativas medioambientales actuales exigen muchas cosas como papel libre de cloratos, producción responsable, etc… resulta que el papel de primera generación puede llegar a ser más respetuoso incluso que el papel reciclado.
Además, si arrojásemos el papel usado a un antiguo pozo de mina, en vez de reciclarlo, estaríamos colaborando, en realidad, con la captura de CO2: sacamos carbón de la atmósfera y lo enterramos en el suelo. Esto es exactamente lo que tenemos que hacer para combatir el calentamiento global. De modo que reciclar papel es malo para el planeta, en numerosos sentidos. Es lógico reciclar aluminio (como sugiere el hecho de que es rentable). Pero ¿por qué reciclar papel?

miércoles, 5 de octubre de 2011

III Ultra trail de Guara

Ultra de Guara, carrera de 95 kilómetros, donde participaron unos cuantos integrantes del Grupo 7:45