sábado, 22 de diciembre de 2012

A veces, sí; a veces, no; a veces, tú; a veces, yo, Carmen Posadas

Steven Pinker, de cincuenta y siete años, profesor de Harvard y físicamente muy parecido a como sería Jim Morrison si aún estuviera en el mundo de los vivos, es la gran estrella de la psicología evolutiva, que se ha hecho aún más rutilante con la publicación de su libro Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones. En él, y recurriendo a la estadística, Pinker argumenta que vivimos en la época menos cruel y violenta de cuantas ha conocido la humanidad. Nos recuerda que, a pesar de nuestra habitual creencia de que todo tiempo pasado fue mejor, esto no es cierto en absoluto y argumenta que una serie de prácticas monstruosas han sido abolidas con carácter irreversible. «Dudo mucho que vuelvan los sacrificios humanos -señala Pinker- o que se legalice de nuevo la esclavitud o la costumbre de torturar sádicamente a nadie». Si uno le recuerda que en países como Rusia existen alrededor de un millón de personas que pueden considerarse esclavos o menciona los desmanes de Abu Ghraib o Guantánamo, el señor Pinker no tuerce el gesto. Después de señalar que las estadísticas cantan y que según ellas nunca ha habido menos guerras y genocidios, se pregunta: «¿Puede decirse que la naturaleza humana tiende de manera innata a la violencia?». Sobre esta cuestión hay, tradicionalmente, dos posturas. Pacifistas y progresistas rechazan la idea porque, según ellos, sostener que existe «una naturaleza humana» equivale a decir que la violencia es un instinto del que no podemos librarnos. Pero el argumento es erróneo -explica Pinker- porque aceptar la existencia de la naturaleza humana en toda su complejidad implica saber que, junto a los instintos violentos, existen otros igualmente fuertes y de signo contrario, y todo depende de qué lado de nuestra naturaleza acabe siendo más fuerte. Su afirmación puede parecer de Perogrullo, pero es una de las cuestiones que más ríos de tinta han hecho correr. ¿Qué somos, ángeles o demonios?

viernes, 21 de diciembre de 2012

El negocio de privatizar lo público, Edmundo Fayanas Escuer


El  neoliberalismo nos va a plantear dentro de poco privatizar hasta el aire que respiramos. En ese absurdo mundo neoliberal que representa Rajoy y su PP, pretenden la privatización entre otros  aspectos, la sanidad y la educación.
¿Qué significa privatizar la sanidad? Los neoliberales del PP plantean la privatización sanitaria, y esto pasa por demoler un sistema público sanitario eficiente y barato, por otro que nos lleva a la ruina, como veremos. Veamos algunos aspectos.
Modelos sanitarios que son referentes para el PP.
• El modelo anglosajón o norteamericano, donde lo privado es lo que manda. Todos deben saber que las empresas sanitarias norteamericanas que cotizan en el Dow Jones  neoyorkino son las más rentables, muy por encima de las financieras, es decir, son empresas donde el beneficio prima sobre la salud. Según numerosos estudios realizados por distintas organizaciones médicas se reconoce que más de un 20% de las intervenciones quirúrgicas en centros privados no son necesarias y lo único que buscan es el beneficio.
El gasto sanitario de Estados Unidos es del 17% del PIB.   Este no cubre al 20% de su población, pues no tiene ninguna cobertura sanitaria y otro 50% tiene una cobertura médica muy por debajo del sistema público español.   Sin embargo tiene un coste que duplica al español. ¿Es esta la alternativa del PP?
• El modelo holandés está gestionado por mutuas privadas. El sistema es universal, gratuito y el Estado fija los límites de los servicios de salud esenciales.  Se empezó pagando 170 euros mensuales, pero ya están en 210 euros y con una disminución de las prestaciones que tenían, que rondan el 25%, es decir pagar más por recibir menos.   Holanda gastó, en 2010, el 15% de su PIB, es decir un 65% más que el gasto sanitario de España y además con menos prestaciones.
Este sistema fue impulsado por la derecha a inicios del 2000, con los mismos argumentos que usa el PP, diciendo que lo privado da más barato el servicio y con mayor eficiencia. Entonces el gasto estaba en el 12 % de su PIB, actualmente está en el 15% y con menores servicios,

domingo, 16 de diciembre de 2012

Arco iris, domingo 16/12/2012, Zaragoza


¿Abraham? ¿Sansón? ¿Dalila?, Arturo Pérez-Reverte


Me lo comentó el otro día una profesora que trabaja en un colegio laico, mixto, de excelente nivel y prestigio. Con vitola culta y liberal. De los veintitantos niños de ocho a nueve años que tiene en su clase, sólo dos cursan Religión como asignatura optativa. Y en el resto del cole, más menos. Casi todos los padres eligen para sus hijos algo llamado Alternativa. Eso me picó la curiosidad. Lo mismo me da para insultar a alguien el próximo domingo, me dije. Que en los últimos artículos me he amariconado mucho. Así que esta semana hice algunas preguntas y obtuve, como veía venir, apasionantes respuestas. Y conclusiones. La principal, básicamente, es que lo mismo con el Pepé, con el Pesoe o con la madre que nos parió, esto va a seguir siendo una puñetera bazofia para analfabetos. Porque seamos justos. Ni siquiera podemos echar la culpa a los planes infames de educación que unos y otros nos llevan asestando desde hace tiempo. Los primeros responsables, los culpables son los mismos papis. O sea. No sé si me explico. Somos nosotros.

Las causas reales de la política de austeridad, Vicenç Navarro


En un artículo reciente indiqué que las medidas que se están tomando para racionalizar el sistema financiero en la Unión Europea no están teniendo un impacto en la resolución de la Gran Recesión que la Unión Europea está experimentando (“¿Qué está ocurriendo en la Eurozona?"). Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía española descenderá un 1,5% del PIB, la italiana un 2,3%, la portuguesa un 3%, la griega un 5,2%, la británica un 0,6%, la alemana un 0,9% y la francesa un 0,1%. Para el promedio de la Unión Europea, las predicciones de crecimiento económico son nulas, como señala la Comisión Europea. En realidad, se calcula que el descenso de la economía europea será de un 0,4% de su PIB. Un mal presente y un futuro peor. Las reformas financieras parecen no estar mejorando la situación. Antes al contrario, muchas de las medidas que se están tomando para mejorar el sistema financiero, están empeorando, en lugar de mejorando, la situación económica. El énfasis del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea en continuar las políticas de austeridad es un claro ejemplo de ello. Se argumenta que la disciplina fiscal (reducir el déficit público de los Estados) es clave para recuperar la confianza de los mercados financieros. De ahí que, como consecuencia, se están realizando más y más recortes en las transferencias y en los servicios públicos del Estado del Bienestar.
La inmensa mayoría de trabajos científicos creíbles muestran el profundo error de tales políticas. En realidad, tales políticas de austeridad han sido las responsables de que se vaya cayendo más y más en esta Gran Recesión. Y la causa de que ello sea así no es nada difícil de entender. El gran descenso de las rentas del trabajo en la mayoría de países del mundo occidental (y muy en especial Norteamérica y Europa occidental) ha creado un enorme problema de escasez de demanda, que aún cuando fue paliada, en parte, debido al enorme endeudamiento de la población (endeudamiento que benefició a la banca), ha llegado a un límite que ha paralizado el crecimiento económico. Pero la disminución de las rentas del trabajo se ha hecho a costa del enorme crecimiento de las rentas del capital y de su concentración en unos sectores de la población enormemente minoritarios (el famoso 1% del Occupy Wall Street Movement). Nos encontramos así con la aparente paradoja que vemos, junto a un enorme crecimiento de la cantidad de dinero existente en manos de unos pocos, una gran escasez de dinero para que la mayoría de la población pueda pagar los bienes y servicios que necesita para mantener su nivel de vida. En realidad, la pobreza está alcanzando dimensiones epidémicas, alcanzando grupos y clases sociales que se habían siempre considerado inmunes a tal escasez de recursos.
Lo que debería hacerse y no se hace
Parecería que lo más lógico es que se repartiera la enorme concentración de dinero para que se transfiriera a la población en general permitiéndoles que compren y atiendan a sus necesidades, recuperándose así la economía. La solución a esta recesión es extraordinariamente fácil de diseñar, si el conocimiento científico fuera el que motivara las decisiones políticas. De nuevo, toda la evidencia científica creíble existente señala que tal concentración de las rentas está dificultando la resolución de la crisis. Y la manera de corregir la concentración es la redistribución de tal dinero. Sólo en EEUU, el dinero acumulado (por la élite económica) durante estos años de crisis es de 2 trillones (americanos) de dólares. No hay, pues, falta de dinero. Su redistribución hacia las clases populares resolvería rápidamente el problema de falta de demanda en EEUU.
Que ello no se haga se debe al enorme poder que tiene este 1% de la población en cada país y las alianzas que se establecen entre ellos en varios países. Los argumentos que constantemente se dan, incluso por autores de izquierda, para explicar porqué no se hace tal redistribución y se estimule la demanda, es que los economistas que dirigen o aconsejan estas políticas de austeridad son incompetentes o ignorantes, argumentos que no son creíbles. Otro argumento que se ha utilizado es que tales economistas están imbuidos de una ideología, la ideología neoliberal que practican y promueven con una fe mancada de base empírica que la sustente. Pero tal argumento ignora que la fe siempre se reproduce porque beneficia a los que la promueven y sustentan. Hay intereses muy poderosos –para los cuales tales economistas trabajan- que apoyan la austeridad. Uno de ellos es el capital financiero, pues la expansión económica, que resultaría de las políticas redistributivas, afectaría la inflación. Y el enemigo número uno de la banca es siempre la inflación. Si el lector tiene 100 euros y la inflación anual es de un 10%, al final del año, su billete de 100 euros únicamente tiene un valor de 90 euros en comparación con los iniciales. Y la banca tiene billones de euros. Eso significa que ligeras variaciones de la inflación pueden tener impactos sumamente negativos para el capital financiero. De ahí que las políticas de austeridad que se están imponiendo en la Eurozona (y utilizo la expresión imponiendo porque en ninguno de los países donde tales políticas se han llevado a cabo éstas estuvieron en los programas electorales de los partidos gobernantes), y que están dañando el bienestar de la mayoría de la población, hayan sido las escogidas por el sistema de gobierno del euro (el Banco Central Europeo y también la Comisión Europea), enormemente influenciado por el capital financiero europeo (y muy en especial el alemán). Estas políticas han sido muy exitosas para tal capital financiero. La inflación en el promedio de la Eurozona ha sido alrededor del 2% por año, el objetivo que se diseñó cuando se estableció el euro (en noviembre fue el 2,2%).
Otras causas de las políticas de austeridad

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El "expolio" social del que no se habla, Vicenç Navarro


Un argumento utilizado por los independentistas catalanes para defender la tesis de que Catalunya tendría más recursos si se independizara de España es que España está “expoliando” a Catalunya. No voy a entrar en este artículo en este tema, sobre el cual he escrito extensamente en varios artículos mostrando que el escaso desarrollo social de Catalunya no se debe al supuesto expolio nacional sino al enorme poder que las derechas catalanas y españolas han tenido y continúan teniendo a los dos lados del Ebro, situación responsable del subdesarrollo social de Catalunya y de otras partes de España, como documento en mi libro El Subdesarrollo social de España. Causas y Consecuencias, Anagrama. 2006. En este artículo quiero centrarme en la existencia de un expolio del cual ni los nacionalistas de los dos lados del Ebro ni nadie más están hoy hablando, ni en Catalunya ni en España. Es el expolio de una minoría -lo que solía llamarse la burguesía financiera e industrial- al resto de la población, y que está ocurriendo a lo largo de todo el territorio español, incluyendo Catalunya. Tal minoría no está contribuyendo al Estado (tanto central como autonómico) lo que contribuyen todos los demás. Si pagara al Estado lo que pagan todos los demás, la cifra resultante para toda España sería de más de 30.000 millones de euros al año, con lo cual podríamos haber evitado hacer todos los recortes de gasto público y social que están dañando de una manera muy acentuada el bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población en general y de las clases populares en particular, tanto en Catalunya como en el resto de España. (Ver el informe del Observatorio Social de España, El impacto de la crisis en las familias y en la infancia. Ariel. 2012).
Para entender la naturaleza de este expolio, hay que entender cuáles son las fuentes de ingreso más importantes al Estado que incluye, como he señalado en el párrafo anterior, no sólo el Estado central, sino los Estados autonómicos. Pues bien, cuatro son las fuentes más importantes: una son los ingresos derivados de los impuestos sobre las rentas, primordialmente del trabajo, o IRPF (que es un impuesto que paga la mayoría de la población trabajadora); la otra fuente son los impuestos sobre el capital que afectan a un grupo muy minoritario de la población (predominantemente los burgueses y los grandes empresarios); la tercera fuente son los impuestos sobre el consumo, IVA, que toda la población, independientemente de sus ingresos, paga cuando compra algo, y que es sumamente regresivo; una cuarta fuente son los impuestos especiales que, como su nombre indica, son impuestos para fines concretos; y, finalmente, otra categoría que se define como “otros impuestos”.
Pues bien, según el excelente informe de la Fundación 1º de Mayo de Comisiones Obreras (uno de los centros de estudios más rigurosos que publica periódicamente informes que cuestionan la credibilidad del conocimiento producido por los centros de estudios financiados por la Banca y la Gran Patronal, como FEDEA), escrito por el economista Manuel Lago (y del cual extraigo la mayoría de los datos que presento en este artículo), los ingresos derivados del IRPF en España, desde el último año antes de que se iniciara la crisis, 2006, hasta el año 2011, crecieron un 6%, pasando el Estado de ingresar 64.638 millones de euros a 68.557 millones. Los fondos públicos procedentes del impuesto sobre el consumo bajaron sólo ligeramente (-2%), pasando de 52.817 millones de euros a 51.580 millones. Los fondos que el Estado recogía vía los impuestos especiales crecieron muy poco (2%), pasando de 18.699 millones de euros a 19.025 millones, y la categoría de “otros impuestos” subió más (5%), pasando de 5.696 millones de euros a 5.971 millones. Estos fondos procedentes de tales impuestos derivan, en gran parte, de la mayoría de la gente que trabaja y consume (lo que la literatura sociológica definiría como clase trabajadora y clases medias). Y a lo largo del periodo 2006-2011 se han mantenido o han aumentado.
Ahora bien, si analizamos qué ha pasado con las rentas derivadas del capital y de sus diferentes componentes, tales como capital financiero (bancos, compañías de seguros y compañías de alto riesgo, entre otros), capital industrial (grandes corporaciones multinacionales) o capital de servicios (empresas de marketing y asesorías, entre otras) vemos que los ingresos al Estado derivados de la carga impositiva sobre el capital han bajado de una manera muy acentuada, casi espectacular (-68%), pasando de 41.675 millones de euros a 13.383 millones. Es decir, en otras palabras, el Estado ha dejado de ingresar 28.292 millones de euros. En realidad, el descenso total de ingresos al Estado, pasando de 183.525 millones de euros a 158.516 millones, procede mayoritariamente de gravar menos las rentas del capital, hecho que es el mayor responsable de la bajada de ingresos al Estado durante este periodo (14%). En total el Estado ha pasado a ingresar 25.009 millones de euros menos, que es una cifra muy cercana a los 28.292 millones que el Estado no ingresó como consecuencia del descenso de los ingresos procedentes de las empresas, es decir, del capital. Manuel Lago documenta con gran detalle los cambios que han ido ocurriendo en cada uno de estos impuestos y sus consecuencias en cuanto a los ingresos al Estado. Lo que les acabo de escribir es el resumen de cómo han evolucionado los ingresos. Y lo más llamativo es que los ingresos procedentes del impuesto de sociedades (que es el impuesto al capital), que representaban el 23% de todos los impuestos en el año 2006, han pasado a ser sólo un 8%. Sí, lo ha leído bien, sólo un 8%. El mundo empresarial contribuye mucho, mucho menos que la mayoría de la población, incluyéndole a usted, lector, y a mí.

Por qué protestan los jueces, María Tardón

Aunque estemos, ya, acostumbrados a las protestas, huelgas y manifestaciones de todo tipo de colectivos, la verdad es que los comunicados públicos, denuncias y convocatorias de medidas de presión por parte de los jueces, y de las organizaciones que los representan, aún produce un gran impacto en la opinión pública.

La dimensión institucional de la función judicial ha determinado que, pese a las graves y profundas reclamaciones que hemos tenido, desde hace ya muchos años, quienes formamos parte de ella, hayamos tratado siempre de reconducirlas por el cauce del diálogo, y la colaboración con los sucesivos gobiernos.

Sin embargo, y visto el desolador panorama actual que ofrece la Administración de Justicia, parece que no ha existido el mismo nivel de compromiso y de responsabilidad por parte de todas las administraciones implicadas.

Cualquiera que, por el motivo que sea, tenga que acudir a un órgano judicial, puede comprobar el estado de obsolescencia e ineficacia en que trabajan los juzgados y tribunales españoles.

Saturados de trabajo, carentes de medios materiales y humanos, aquejados de todo tipo de disfunciones y sin coordinación entre ellos, se han limitado, en buena medida, a resistir, como han podido. Y ello sólo gracias al esfuerzo de quienes trabajamos en unos órganos judiciales que, sin embargo, no garantizan una mínima calidad en el servicio público que prestan.

Cada cierto tiempo, además, venimos sufriendo campañas de descalificación que buscan descargar exclusivamente sobre los jueces y los funcionarios que trabajan en la Administración de Justicia la responsabilidad de ese mal funcionamiento.

A este respecto, me gustaría dejar apuntado un solo dato: desde el año 2004, el número de asuntos resueltos en los juzgados y tribunales españoles ha ascendido un 23,12% (De 7.486.315 a 9.217.395). Sin embargo, el número de jueces sólo ha pasado de 3.997 a 5.171. Es decir, de una ratio de 9,54 jueces por cada 100.000 habitantes a 11. Muy alejada, además, de la media europea, que se sitúa 24,7.

Yo no tengo ninguna duda que esta sobrecarga en nuestro trabajo ha redundado, también, en una peor calidad de la respuesta judicial. En primer lugar, porque es lenta, lo que genera tantos problemas añadidos a quienes son partes en un procedimiento que difícilmente pueden llegar a considerarla justa. Ni siquiera aunque les de la razón.

Y, en segundo término porque, agobiados como estamos por la cantidad de asuntos que tenemos que resolver, nos hemos volcado en el estudio del contenido de unos enjundiosos y complejos procedimientos, y en el dictado de los autos o las sentencias que los resuelvan.

Descuidando el que, creo yo, debía ser el principal cometido de nuestra función: dispensar una atención adecuada al ciudadano que acude ante el órgano judicial. Distribuyendo nuestros tiempos de trabajo de manera más racional, en función de esa atención. Dándole el tiempo que necesite para explicarse, sin apremiarle, para hacerle comprensible el contenido de las actuaciones judiciales, y no sometiéndole a interminables esperas, como sucede ahora.

Pero eso exige disponer de otro reparto de la carga del trabajo judicial. Que, además, es algo que se puede medir, y se puede establecer con bastante precisión. Y que la inmensa mayoría de los Jueces venimos reclamando desde hace años, infructuosamente.

Probablemente porque la primera consecuencia de esa medición es que a un Juzgado o Tribunal que tenga asignada una carga de trabajo razonable de 500 asuntos, el propio sistema no pueda atribuirle 1.200 –como viene sucediendo hasta ahora- para que los atienda cuándo y como pueda.

Resulta, sin embargo, que la creación y puesta en marcha del número de órganos judiciales suficientes para ofrecer esa respuesta no corresponde al Poder Judicial, sino al Ejecutivo. Que –números cantan– lleva descuidando su responsabilidad a lo largo de muchos años y muchos y sucesivos gobiernos.

Como lo es la modernización tecnológica e informática, que en este punto comparte, además, con algunas Comunidades Autónomas, lo que ha generado tal disparidad y descoordinación en la asignación de los recursos que llega a rozar, muchas veces, el despropósito.

Pues bien, ante esta situación, la respuesta del Ministerio de Justicia ha sido la de poner en marcha toda una batería de reformas legislativas que, por una parte, persiguen el debilitamiento del órgano de gobierno del Poder Judicial, el Consejo General del Poder Judicial. Desposeyéndole de algunas competencias, esenciales para la independencia judicial, y hasta modificando una composición del mismo que establece la propia Constitución en su artículo 122.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Crisis y agua: Edmundo Fayanas Escuer


España tiene dos gravísimos problemas en el siglo XXI del que apenas somos conscientes, la carencia de energía y del agua. Voy a tratar exclusivamente el problema del agua, del que apenas conocemos la realidad, pero que nos estamos jugando nuestro futuro como país.
Veamos algunos datos que no van a hacer darnos cuenta de la gravedad de la situación:
• El caudal de nuestros ríos ha descendido un 30% en los últimos treinta años, es decir que cada año perdemos un uno por ciento del caudal hídrico.
• El último informe de la Unión Europea, señala que amplias zonas del país, calculo que un 35% del territorio, recibe menos de 200 mm3 de lluvia anuales, al mismo tiempo que estos territorios consumen entre tres y diez veces más de agua que la que reciben de la lluvia, con lo cual son zonas destinadas al desastre.
• España es un país turístico, pero éste crea un gran estrés hídrico. Mientras que el consumo de un autóctono ronda los 140 litros diarios, el turista lo hace entre 300-500 litros. A esto hay que añadir, que el turismo se da precisamente en las zonas con pocas lluvias, de ahí que sea un turismo de sol.
• Nuestro sistema de acuíferos sufre una sobreexplotación, porque ningún poder estatal ha querido hacer frente a este problema. En España se calcula que hay unos tres millones de pozos, de los cuales solo el 20% están legalizados. Es decir, se están usando aguas públicas para un uso y beneficio privado. En estos momentos, nuestros acuíferos además de tener ya poca agua presentan altos niveles de contaminación debido al uso de productos químicos en la agricultura.
• España carece de una política medio ambiental, confundiendo ésta con el uso de cemento y la construcción de pantanos y más pantanos, canales y trasvases irreales y antieconómicos. La Unión Europea ha llamado la atención al gobierno del PP, porque Europa ha dado muchísimo dinero, unos 1.500 millones de euros, para la instalación de desaladoras y éstas solo funcionan al 17% de su capacidad. ¿Es la desalación la solución a la escasez hídrica? Evidentemente no, pero sí ayuda, sobre todo, a las zonas costeras del Mediterráneo, que son territorios con mucha población y con muy poca pluviosidad, siendo donde se desarrolla un fuerte turismo con lo que asegura el agua a estas poblaciones.
• En esa carencia de política medio ambiental, está en el origen de la desaparición del 95% de nuestros humedales, con una política suicida de desecación, cuando estos humedales son los verdaderos pulmones depuradores del agua y una forma de conservarla.
• En un país como España, con cada vez más carencia de agua, no se ha tenido una política de precios que evite el derroche actual. Mientras que países como Alemania y Dinamarca donde el agua es abundante, el coste del m3 ronda los seis euros, en España está en 1,51 euros elm3.
 ¿Debería subir el precio del agua en España? SÍ. El precio que se pague debe recoger los costes reales del reciclaje y el tratamiento de la misma. Como dice el gestor Philippe Rohner, del fondo de inversión Pictet Water “A largo plazo, el precio del agua aumenta de media al año más rápidamente que el petróleo y con menos volatilidad”. En Estados Unidos, Canadá y muchos países del sureste asiático el precio del agua tiene crecimientos que pasan del 10% anual, con lo que el control de su consumo es muy fuerte,
 Parto del principio “el agua es un derecho básico del hombre y en consecuencia son los poderes públicos los que deben de garantizar el derecho al agua de toda la población”.
 Aquí en España tenemos un grave problema y es que los dos principales partidos PP/PSOE intentan privatizar ese derecho básico del agua, para que haya negocio para las entidades privadas (Agbar, Aguas de Valencia, Acciona, la multinacional francesa Suez….). Como se ha demostrando en otros países como Francia, Bolivia…… estas concesiones son un escándalo.
 En Madrid, Esperanza Aguirre y el PP intentan privatizar el canal de Isabel II. Ayuntamientos dirigidos por el PSOE privatizan sus servicios públicos de agua.
Un solo ejemplo para que entienda que pasa con el agua. El agua embotellada es el gran negocio del siglo. Cuando Vd va al supermercado compra agua embotellada y paga aproximadamente un euro por botella. Coca Cola por medio de su marca Aqua Bona lleno en Londres sus botellas con el agua del grifo de Londres, cuando el m3 le costaba dos euros, ella obtenía 1000 euros en ventas de ese m3. ¿Conocen Vd mejor negocio que éste? Muchas empresas privadas exigen en sus contratos de agua, beneficios garantizados del 15%.
 Como vemos, para los neoliberales, el agua es una mercancía más y uno de los negocios más redondos del mundo, a pesar de ser un bien imprescindible para la vida humana. Invertir en agua se ha convertido en un negocio de alta rentabilidad, pues acabará siendo más cara que el petróleo, a costa de las personas una vez más. La escasez de agua generará cada vez más un negocio más lucrativo. Además al escasear el agua los productos agrícolas se dispararán de precio y volveremos a conocer las hambrunas espectaculares de siglos pasados ¿Por qué creen que vienen los africanos a Europa?
 Cuando planteo que hay que encarecer el agua a sus costes reales, no lo hago pensando en el negocio, puesto que me niego a que se privatice este bien público, simplemente quiero que sea el Estado el único propietario y asegure indistintamente cual sea su coste, que todos tengamos agua y hagamos un uso responsable de la misma..
 En los actuales compras que hacen estados y multinacionales en África y América latina lo que se está comprando no sólo es tierra, sino fundamentalmente es el agua. Actualmente hay guerras por el agua debido a su escasez. También hay países como Australia que está cambiando su modelo de desarrollo a marchas forzadas, ante la carencia de agua de su territorio.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Un compuesto del vino tinto puede ayudar a prevenir el cáncer


Investigadores de esta universidad han descubierto en el uso del compuesto en modelos de laboratorio que una cantidad diaria de resveratrol equivalente a dos vasos de vino puede reducir a la mitad la tasa de tumores del intestino.
Estos expertos esperan llevar sus descubrimientos del laboratorio a la siguiente etapa, realizando pruebas clínicas para determinar el nivel óptimo de resveratrol en humanos. "Tras haber demostrado en experimentos en nuestro laboratorio que puede reducir el desarrollo de tumores, hay que concentrarse ahora en la identificación de los mecanismos para saber cómo actúa el resveratrol en las células humanas", explica la profesora Karen Brown, una de los organizadores de la conferencia Resveratrol 2012.
En este sentido, la profesora Brown destaca que muchas personas toman un suplemento de resveratrol, pero que en la actualiad no se sabe todavía cómo funciona ni la dosis óptima. "Se ha demostrado que altas dosis de resveratrol potencialmente pueden interferir con otros medicamentos. Con todos los estudios nuevos e interesantes que se están haciendo, especialmente los ensayos clínicos, espero que tengamos un panorama más claro en los próximos años", afirmó.
En Resveratrol 2012, que es la continuación de la primera conferencia internacional sobre resveratrol celebrada en 2010 en Dinamarca, se expondrán los avances más recientes de la investigación de los dos últimos años sobre este compuesto que se encuentra en la piel de las uvas rojas, que muestran cómo la química puede ayudar a prevenir el cáncer, enfermedades del corazón y diabetes.

La imprescindible reforma fiscal: Edmundo Fayanas


El político francés Robespierre decía en el año 1792 “de todos los derechos, el primero es el de existir. Por tanto la primera ley social es aquella que garantiza a todos los miembros de la sociedad  los medios para existir”.
Esta norma es básica en cualquier Estado democrático y social que se precie. Como vemos diariamente en España, esto no se cumple.Lo único, que se garantiza por ley, es al sistema financiero, que ha sido quien ha generado la crisis expoliando las arcas del Estado.
La segunda  cuestión, que sistemáticamente oímos a nuestros gobernantes, es la caída continuada de la recaudación fiscal. De ahí aducen que, al no haber dinero, deben de producirse recortes sociales, económicos y de derechos. Es decir, nos dicen que las instituciones financieras están por encima de los ciudadanos, contraviniendo flagrantemente a la Constitución que tanto nos la recuerdan cuando la necesitan, pero que ellos la incumplen sistemáticamente.
¿Es cierto que ha caído la recaudación fiscal?
Sí, pero. Todos deben de saber, que de cada cinco euros que ha caído la recaudación fiscal en nuestro país desde 2008, sólo un euro es debido a la crisis y los cuatro euros restantes son consecuencia de las últimas medidas fiscales tomadas por el Partido Popular y  por el Partido Socialista.
A este dato clarificador hay que añadirle tres aspectos, que nos harán entender por qué el Estado no tiene dinero suficiente:
  • • La recaudación fiscal en España, es once puntos menor que la media de la Unión Europea, sirva como ejemplo, Italia país homologable al nuestro.  Tiene más de once puntos por encima de recaudación fiscal. Alemania está diez puntos por encima del nuestro. Si estuviéramos al nivel de recaudación de la Unión Europea, se recaudaría unos 110.000 millones de euros anuales.
  • • La economía sumergida era en 1980 del 12,5% y en 2011 está en el 25%.   Simplemente con que hubiera una economía sumergida semejante a la de la UE, que se encuentra en el 12,5%, significaría una recaudación fiscal suplementaria de unos 33.000 millones de euros anuales ¿Qué se hace para luchar contra la economía sumergida?  Está claro que muy poco.
  • • La defraudación fiscal, en el año 2010, solamente de las 35 empresas del IBEX y de las grandes fortunas ha sido calculada en 43.000 millones de euros anuales.
Simplemente con estos tres aspectos fiscales implicaría la no existencia de déficit del Estado y en consecuencia, no habría recortes educativos, sanitarios ni en la dependencia, cultura, etc.
Para que lo tengan ustedes más claro y vean que gran parte de la caída de los ingresos del Estado no han sido fruto de la crisis, sino de las reformas fiscales hechas por el PP y PSOE, vean estos dos ejemplos:
  • La reforma del IRPF hecha por el PSOE de Zapatero, en el año 2007, se rebaja la cuota en un 5,2% para ingresos de 14.000 euros anuales y sin embargo se reduce en un 53,7% para ingresos anuales superiores a 110.000 euros ¿Cabe mayor descaro?
  • • Otra reforma propuesta por el PSOE y apoyada por el PP es la del Impuesto de Sociedades, donde no se modifican las tablas, pero sí aumentan las exenciones. Así nos encontramos que, en el año 2007, se pagaba de media el 16,4% de los beneficios empresariales y sin embargo en el año 2010 ya sólo se paga el 9,4%. Es decir, que nuestros grandes empresarios y grandes fortunas salen muy beneficiados. Irlanda que es el país de la UE que tiene la tabla más baja de Europa se paga el 12,5% y en Alemania y Francia está entre el 30-35%.
¿Entienden ahora por qué el Estado español no tiene dinero?
Cuando nuestros políticos populares y socialistas nos dicen que la crisis es repartida entre todos los sectores sociales, nos están mintiendo de forma descarada y da la razón a los manifestantes cuando estos gritan “Esto no es una crisis es una estafa”.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La filantropía y la crisis española: Edmundo Fayanas Escuer


Recientemente ha sucedido dos hechos que han puesto de relieve la cuestión de la filantropía. Por un lado, la donación de Amancio Ortega, dueño de Inditex que ha dado a Caritas 20 millones de euros. Por otro lado, el especulador George Soros ha dicho que hará una gran donación al pueblo griego.
¿Es la filantropía la solución a la desigualdad social de la crisis? La filantropía se basa en la idea de que hay que devolver una parte de lo que la sociedad les ha dado de riqueza.
Cuando George Bush, en el año 2004, suprimió el Impuesto de Sucesiones, que suponían unos 200.000 millones de dólares, los ricos norteamericanos le mandaron un manifiesto oponiéndose a tal medida, decían “Eliminar el Impuesto de Sucesiones sería más peligroso para nuestra democracia, nuestra economía, nuestra sociedad... pues conduce a una aristocracia de la riqueza que transmitirá a sus descendientes el control sobre los recursos de la nación”. Aquí en España ninguno de nuestros ricos se han opuesto y se niegan a que se vuelva a poner.
En Estados Unidos hay más filántropos, porque los ricos pagan menos impuestos y las necesidades de la población son mayores, debido a la carencia de un estado del bienestar social. Estas carencias por parte del Estado las intentan suplir los ricos, pues entienden que en el capitalismo debe existir un equilibrio entre las clases sociales.
Dos deducciones podemos extraer de esto; en primer lugar, cuanta más filantropía existe en un país, más desigualdad social hay y en segundo lugar, cuanto más se rebajan los impuestos del Estado, más desigualdad social se produce.
Aquí en España, han puesto de moda la canción de que rebajar los impuestos es lo más moderno y sobre todo de justicia social. Tanto el PP como el PSOE nos han cantado a dúo esta melodía, por eso han suprimido el Impuesto de Sucesiones y el de Patrimonio, en una de las muchas barbaridades fiscales que ambos han perpetrado con el apoyo de las clases pudientes y el silencio cómplice de casi toda la prensa. Esta política fiscal está provocando una desigualdad social en España escandalosa y que  no es admisible.
La filantropía en España tiene una fiscalidad basada en que las donaciones particulares tienen un 25% de deducción en el IRPF y la de las empresas llega al 35% en el Impuesto de Sociedades. En Francia estas deducciones están en el 65% y por ejemplo en Austria y Estados Unidos llega al 100%.
Con los datos aportados por Hacienda del año 2001, sólo 4.166 contribuyentes con rentas superiores a los 600.000 euros hicieron alguna donación, y el total han supuesto unos cinco millones de euros. En cuanto a las donaciones de las empresas españolas no hay datos fiables pero sií se sabe que han sido muy superiores a las particulares.
Para la Asociación de Técnicos de Hacienda, mejorar este tipo de fiscalidad como propone el Partido Popular, daría todavía más herramientas para intentar pagar menos impuestos. En el caso de las empresas, que ya sólo pagan entre un 9-11%  del Impuesto de Sociedades cuando la tasa oficial está en el 30%. Si se dan más facilidades fiscales a las donaciones, sólo servirán para aumentar las desigualdades sociales.
Julio Rausés Pérez, presidente de la Asociación de Inspectores de Hacienda considera que en muchos casos de operaciones de mecenazgo, se ocultan meros contratos publicitarios, que no pagan por tanto los impuestos que deberían, y muchas fundaciones lo que hacen es esconder beneficios económicas.
El director de la Fundación Juan March, Javier Gomá dice “el sector fundacional y su retórica presentan como altruismo, filantropía, virtud cívica, participación de la sociedad civil, voluntariado, lo que la inmensa mayoría de los casos es economía de la distribución de la renta. Buena para el país, pero no necesariamente filantrópica. Una retórica que suscita admiración y recelo a partes iguales”.
¿Qué pienso de la donación de Amancio Ortega?
Me parece impresionante el desarrollo de su empresa Inditex, siendo actualmente una de las más exitosas de Europa y del mundo, con un modelo original y con muy buenos resultados, que han hecho de Amancio Ortega el tercer hombre más rico de la Tierra.