El viernes es la fiesta de fin de curso, cada madre traerá
algo para la merienda. Por supuesto tú puedes aportar una tarta que
compres por ahí en vez de algo casero, como estás tan ocupada...». Este
diálÿogo, sacado de una película de Anne Hathaway, resume un hecho nuevo
y nada tranquilizador: el regreso, a través de la moda de lo natural y
ecológico, de ciertos roles femeninos más ancestrales y retrógrados.
Esta otra escena la viví hace unos meses. En un vuelo transatlántico me
tocó al lado una mamá joven, muy guapa y con estudios universitarios,
que viajaba con su hijo de dos años. Ante mi sorpresa, llegada la hora
empezó a dar de mamar al retoño después de que este, hablando como un
catedrático, solicitara el servicio de comedor. No seré yo quien se mese
los cabellos ante las madres que reclaman su derecho a alimentar a sus
hijos cómo y cuándo les plazca, allá cada cual con su particular afán de
protagonismo, por no decir exhibicionismo. Pero ¿es compatible con una
vida profesional amamantar niños hasta esa edad? Tampoco parece muy
compatible con el trabajo lo que propugnan las muy progresistas
'miembras' de la CUP. Ellas desean que los centros de salud promuevan
«métodos alternativos de recoger el sangrado menstrual» a los caros y
poco ecológicos tampones y compresas. Para ello abogan por el sangrado
libre (sic) y la utilización de esponjas marinas (sic también). Otro
tema a debate hoy en día es el parto en casa. ¿Para qué ir a un hospital
si se puede parir igual en el colchón de casa, como sacraliza un
conocido anuncio de televisión? Por supuesto, y una vez más, parir con
dolor es una opción, pero no parece precisamente 'moderno' anteponer la
intimidad a la seguridad o considerar irrelevante la contribución del
parto hospitalario a la hora de reducir la mortalidad materno-infantil.
Mención aparte merece la terrible lacra de la violencia de género.
Podría uno pensar que tales conductas son secuelas del pasado, de una
educación machista y, por tanto, ajena a generaciones más jóvenes. Las
estadísticas dicen lo contrario.