lunes, 30 de mayo de 2011

En relación a la noticia aparecida sobre la actividad antitumoral de dicloroacetato, gracias a un seguidor del blog os dejo la siguiente información


Es necesario tener en cuenta varias consideraciones.

Tras el largo proceso de descubrimiento de un fármaco (identificación de un objetivo y validación de un candidato a medicamento), aún queda mucho para que el proceso de desarrollo de un fármaco esté completo. El desarrollo de un fármaco engloba su seguridad, eficacia, formulación y fabricación. Normalmente, los estudios de seguridad comienzan con diversos experimentos denominados estudios preclínicos. Cuando estos estudios prevén que el candidato a medicamento es seguro, se inicia su evaluación en seres humanos en una serie de estudios conocidos como ensayos clínicos.

Los estudios preclínicos son pruebas que se llevan a cabo en un contexto científicamente controlado con utilización de cultivos celulares y animales como modelos. Muchos fármacos logran en estas fases un éxito asombroso en sus resultados, logrando enormes perspectivas. Este es el caso, al parecer, del dicloroacetato (como en su día lo fueron muchos otros)


Posteriomente, el fármaco en cuestión inicia su desarrollo en ensayo clínico. Los ensayos clínicos son pruebas diseñadas para determinar la seguridad, la posología adecuada, la eficacia, las reacciones adversas y los efectos del uso a largo plazo de un medicamento nuevo en seres humanos. Los ensayos clínicos que se llevan a cabo en seres humanos se realizan siguiendo normas armonizadas internacionales, como las directrices de Buenas prácticas clínicas (BPC) de la EMEA, que protege los derechos y garantiza la seguridad de los sujetos humanos evaluados y sigue el código ético para la investigación en seres humanos. Los ensayos clínicos se realizan en tres fases sucesivas, I, II y III, y en cada fase se evalúa un número progresivamente mayor de seres humanos. Cada fase tiene una finalidad diferente y contribuye a que los investigadores respondan distintas preguntas. Cuando una fase tiene éxito, el candidato a medicamento pasa a la siguiente fase. Cuando resulta infructuosa, se detienen los ensayos clínicos, se suspende el desarrollo del fármaco y la empresa promotora regresa a la fase de descubrimiento para buscar otro candidato a fármaco.

El problema nace de la necesidad de costear estos ensayos clínicos, que suponen enormes cantidades de dinero (que incluyan seguros) y que alguien debe financiar. Este es el motivo por el cual los investigadores expresan sus dudas ante el desarrollo de este fármaco, que no parece tener una financiación clara.

Es necesario, por lo tanto, mantener la prudencia ante noticias de esta índole, que en muchas ocasiones generan expectativas no cubiertas y trabajar para incentivar y promocionar la investigación independiente.

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